La Economía africana crecerá un 4,1% en 2018, según Banco Africano de Desarrollo

África creció un 3,6 % en 2017 y lo hará un 4,1 % en 2018, según datos presentados hoy por el Banco Africano de Desarrollo (BAFD), que alaba la resistencia de las economías del continente pero advierte de que se necesitan importantes esfuerzos orientados hacia la creación de empleo y la pobreza.

“Las economías africanas han sido resistentes: la producción real sube y refleja buenas políticas macroeconómicas en general, progreso en reformas estructurales (especialmente en desarrollo de infraestructuras) y marcos políticos prudentes”, señaló el BAFD en su informe “Perspectivas de la economía africana 2018”.

“Los ‘shocks’ globales y domésticos en 2016 ralentizaron el ritmo de crecimiento en 2016, pero las señales de recuperación ya se manifestaron en 2017”, puntualiza el organismo, que cuenta entre sus miembros a 54 países de la región.

Esa recuperación, según apunta el organismo en el estudio, “ha sido más rápida de lo esperado” y se ampliará hasta un crecimiento económico del 4,1 % para 2018 y 2019.

La diversificación de la economía y la mejora en infraestructuras serán claves para alcanzar los objetivos del continente.

La aceleración del crecimiento puede suponer un “punto de giro” para los países exportadores de materias primas o productos básicos, en los que el declive global de los precios llevó al hundimiento de los ingresos por exportación y a la exacerbación de los desajustes macroeconómicos.

“Las reglas básicas y la resistencia económica mejoraron en numerosos países africanos. En algunos, la movilización de recursos supera ahora a la de algunos pares asiáticos y latinoamericanos”, considera el BAFD, aunque apunta que es “insuficiente para llegar a un nivel alto de financiación que aumente la escala de infraestructuras y capital humano”.

Como principales desafíos, el Banco señala la necesidad de realizar transformaciones estructurales para crear más puestos de trabajo y reducir la pobreza, especialmente dado el contexto de crecimiento demográfico.

“África debe industrializarse para poner fin a la pobreza y generar empleo para los 12 millones de jóvenes que se incorporan al mercado laboral cada año”, argumenta el estudio, presentado hoy en Costa de Marfil.

En ese sentido, sugiere profundizar en “inversión en agricultura y en desarrollo de cadenas de valor agrario para estimular una industria de manufacturas moderna y los servicios”.

“La diversificación económica es, por tanto, clave en la resolución de los problemas económicos del continente”, agrega.

También se necesitan “enormes inversiones en infraestructuras”, un tema en el que el informe de perspectivas de este año pone un foco especial.

“Los gobiernos deberán poner en marcha medidas institucionales efectivas para manejar complejas tareas de planificación de proyectos, diseño, coordinación, implementación y regulación”, expresa el estudio.

El Banco calcula que África precisa de una inversión anual en infraestructuras de entre 130.000 y 170.000 millones de dólares, números que revisan al alza la cifra de 93.000 millones se había venido manejando en general en los últimos tiempos.

Además, advierte de que hasta la fecha se financiaron sobre todo a través de préstamos externos, algo que debe ser “vigilado”, y que, aunque el impulso en esta área repercutió en el crecimiento, no lo hizo de forma “inclusiva”.

Otros puntos señalados como tareas para África son la reforma de las normas impositivas, a medio o largo o plazo, y mantener una política monetaria prudente.

“Las depreciaciones en las tasas de cambio serán importantes” pero, dado que el dólar se hace cada vez más fuerte, pero “pueden no necesariamente traducirse en fuertes ventajas en los mercados de exportación”.

El BAFD también recuerda la importancia del contexto político, ya que, si se pone en riesgo la estabilidad, podría ralentizarse el ritmo de crecimiento proyectado para el continente.

Fuente: Finanzas.com