La construcción de la zona de libre comercio con mayor número de países miembros supone una oportunidad de oro para la integración del continente africano en la economía global y plantea un nuevo escenario económico en el que tendrán que trabajar las empresas.
El Tratado de Libre Comercio Africano (AFRICAN CONTINENTAL FREE TRADE AREA “AfCFTA”) después de entrar en vigor el pasado 30 de mayo, y después de meses de retrasos causados por la pandemia mundial del coronavirus. Los 55 países africanos (excepto Eritrea) podrán ya comercializar oficialmente bajo una nueva área de libre comercio en todo el continente, aunque se espera que la implementación completa del tratado lleve años. Posibilitará la libre circulación de bienes, servicios, personas y capitales y, sobre todo, servirá para fomentar el desarrollo del continente, gracias al incremento que se prevé de los intercambios y de la industrialización, junto con el aumento del empleo y la mejora general del nivel de vida de los africanos. Según el Banco Mundial se estima que podría sacar a decenas de millones de personas de la pobreza para 2035.
A pesar de que el comercio intraafricano ha aumentado considerablemente durante las dos últimas décadas, continúa siendo muy reducido, soloamente representa alrededor del 16% del total de los intercambios, en comparación con el registrado en otros continentes como Europa, por ejemplo. En este sentido, y según las estimaciones del FMI, se espera que la reducción de aranceles provocada por el AfCFTA expanda el comercio intrarregional a corto plazo un 16% más.
Según se destaca desde la Dirección General de Comercio Internacional e Inversiones (DGCII) española, “existen además otra serie de beneficios que el acuerdo aporta, como el mayor aprovechamiento de las ventajas comparativas y de las economías de escala, la intensificación de la competencia, la armonización normativa, la simplificación de trámites y la cooperación en el control aduanero o la mayor variedad de productos a menores precios y la menor dependencia de la producción de materias primas. Se ha demostrado que África depende demasiado de la exportación de productos primarios, demasiado dependiente de las cadenas de suministro mundiales. Porque cuando las cadenas de suministro mundiales se interrumpen, África sufre mucho.
Las oportunidades para aumentar el comercio intrarregional son especialmente relevantes para los sectores de la industria manufacturera y la agricultura”. Entre otras medidas, el acuerdo se complementa también con la movilidad de personas a través del Protocol of Free Movement, firmado ya por 27 países. Este protocolo garantizará el derecho de residencia y establecimiento de ciudadanos de otro estado firmante.
El Tratado de Libre Comercio Africano (AfCFTA) tiene como objetivo reunir a 1.200 millones de personas en un bloque económico de 3.4 billones de dólares que será el área de libre comercio más grande desde el establecimiento de la Organización Mundial del Comercio.
Los partidarios dicen que impulsará el comercio entre los vecinos africanos al tiempo que permitirá que el continente desarrolle sus propias cadenas de valor.
“Está surgiendo una nueva África con un sentido de urgencia y propósito y la aspiración de volverse autosuficiente”, dijo la presidenta de Ghana, Nana Akufo-Addo, durante una ceremonia de lanzamiento en línea.
Los desafíos históricos
Van desde la burocracia omnipresente y la mala infraestructura hasta el proteccionismo arraigado de algunos de sus miembros, deben superarse para que el bloque alcance su máximo potencial.
Reducción arancelaria
Un anexo al Acuerdo que describe las reglas de origen, es un paso esencial para determinar qué productos pueden estar sujetos a aranceles, todavía no se ha completado.
Mientras tanto, 41 de los 54 estados miembros de la zona han presentado programas de reducción arancelaria.
Los miembros deben eliminar gradualmente el 90% de las líneas arancelarias, durante cinco años para las economías más avanzadas o 10 años para las economías menos desarrolladas. Otro 7% es considerado sensible y obtendrá más tiempo, mientras que el 3% podrá ser incluido en una lista de exclusión.
Finalizar esos programas y comunicarlos a las empresas debe hacerse rápidamente, dijo Ziad Hamoui de Borderless Alliance, un grupo que hace campaña para facilitar el comercio transfronterizo.
Pero los esfuerzos para implementar el acuerdo probablemente también enfrentarán la resistencia de los grupos de interés nacionales de los países. Los temores de perder frente a vecinos más competitivos inicialmente hicieron que algunos países, incluido el gigante de África Occidental Nigeria, se mostraran escépticos ante el proyecto panafricano.
Aun así, los defensores de la zona confían en que los pasos iniciales hacia su implementación, permitirán a los estados miembros impulsar rápidamente el comercio intraafricano.
“La integración económica no es un evento. Es un proceso”, dijo Silver Ojakol, jefe de personal de la Secretaría de AfCFTA. “Debemos empezar por alguna parte”.